segunda-feira, 22 de novembro de 2010

"VINO NUEVO EN ODRES NUEVOS"


VINO NUEVO EN ODRES NUEVOS

Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo; porque tal remiendo tira del vestido, y se hace peor la rotura. Ni echan vino nuevo en odres viejos; de otra manera los odres se rompen, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero echan el vino nuevo en odres nuevos, y lo uno y lo otro se conservan juntamente. Mateo 9: 16,17.

Dios usa los cambios bruscos de la vida para prepararnos para el próximo comienzo.

Extrañamente nos resistimos a lo nuevo de Dios por que nos hemos acostumbrado a los métodos arcaicos y mohosos de los hombres.

Como los fariseos de ayer, hemos reemplazado los mandamientos de Dios, para sumergirnos en las aguas sucias de la religiosidad hipócrita.

Sin darnos cuenta en nuestra hambrienta necesidad de Dios, que hemos creído servir tan solo al Señor, cuando en realidad nos hemos hecho es esclavos e idiotas útiles de los hombres.

Queremos vivir una vida nueva, vistiendo los trajes viejos, raídos y descoloridos del sacerdocio antiguo que ya no cubren con dignidad el cuerpo de Cristo.

Queremos vencer a los gigantes modernos, vistiendo el antiguo e inmundo traje de la carnalidad de nuestros líderes caídos.

Tenemos miedo a lo nuevo del Espíritu Santo, porque nos hemos quedado satisfechos y nos sentimos llenos con la vieja y leudada comida del fariseísmo moderno.

Creemos, por que es mejor así antes que desagradar a los hombres, para no ser señalados como rebeldes, que todo lo que nos sirven los dioses pequeños y los señores de los rebaños, es palabra infalible de Dios...

Al más puro y fiel estilo papal e inquisicional.

Nos conformamos con cualquier baratija sermonal, con cualquier infantil referencia de las verdades de Dios, de los predicadores de hoy.

Aceptamos cualquier show de los llamados ungidos modernos y al final, aunque sabemos que no es cierto, decimos que Dios nos habló.

Nos hemos arruinado espiritualmente como iglesia y como líderes, porque hemos dejado a Dios y lo hemos suplantado por el hombre, y lo hemos reemplazado por las cosas materiales y temporales.

La iglesia dormida de este siglo nuevo, está leudada por la vieja levadura de los fariseos y contaminada por un espíritu de riqueza y ostentación que ha producido una iglesia mundana, soberbia y rica que ya dice que no tiene necesidad ni del mismo Dios, a quien pretende servir.

Una iglesia y un liderazgo que mata otra vez a los profetas y persigue de nuevo a los apóstoles.

Una iglesia que no sabe amar a su hermano a quien ve, marcada por el espíritu homicida y religioso de Caín y carente absolutamente del amor verdadero, que todo lo sufre, todo lo soporta, todo lo espera y que nunca deja de ser.

Una iglesia que perdió el primer amor y le cerró la puerta al <<AMADO>> y lo dejó pasar de largo, por que no comprendió ni esperó el día de su visitación.

Una iglesia y un liderazgo que está haciendo llorar de nuevo al Maestro quien de nuevo observa a esta Jerusalén próxima a convertirse en ruinas.

Cuando Jesús vino al mundo marcó el final de una época y estableció un nuevo comienzo.

Jesús vino a reemplazar los odres viejos llenos de rancia y humana religiosidad, por los nuevos odres donde el vino nuevo de Dios empezó a ser vertido.

Jesús declaró que Él no pondría remiendos nuevos en vestidos viejos y estableció que el que no naciere de nuevo no entraría al reino de los cielos.

Todo lo que nosotros podemos hacer es remendar lo dañado.

Todo lo que queremos hacer es mantener nuestros viejos y gastados vestidos y poner en ellos parches y remiendos de tela nueva.

Esto es por que amamos más la gloria de los hombres que la gloria de Dios.

Pero Dios es Dios, y no ha dejado de ser Dios y él hace nuevas todas las cosas.

Él dijo que la Ley era buena, pero que la Gracia es mejor.

El dijo que Moisés fue un hombre fiel a Dios, pero que de mayor gloria que Moisés es estimado Cristo.

Moisés fue fiel como siervo, pero Cristo como Hijo sobre su casa.

Dios reemplazó el sacerdocio levítico por que se corrompió y terminó su pacto con Leví, pues Dios hizo sacerdote a su propio Hijo, de quien dice.

<<Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec>>. Hebreos 7:17.

Dios dice que tenemos que dejar ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, e ir adelante a la perfección.

Cuando Saúl, el líder carnal y perseguidor de David, le falló a Dios, Dios dijo que se había buscado un hombre mejor y conforme al corazón de Dios.

Y contra viento y marea, y contra la opinión de todos, aun del mismo Samuel, lo puso y lo hizo el rey de Israel.

Solamente los ciegos no ven las cosas nuevas de Dios ni las anhelan, por que están habituados a la oscuridad y por que le temen a la luz.

No quieren que sus malas obras sean reprendidas, ni quieren corregirse, ni quieren cambiar para bien, son capaces de apedrear a todos y de matar pero ellos no admiten que deben cambiar y arrepentirse de ser como son y de hacer lo que hacen.

Tenemos que estar dispuestos a que Dios nos renueve, debemos romper nuestros pactos con la muerte y quebrar nuestros pactos con el Seol, y hacer hoy un pacto verdadero con Dios.

Presentemos nuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo y agradable a Dios, echemos fuera de nosotros toda pasividad y renunciemos a todo conformismo religioso en el cual hemos vivido durante tantos años.

Aceptemos una verdadera transformación a través de la renovación de nuestro entendimiento, el cual ha sido embotado y es por ello que Dios desecha a muchos.

Sometamos así nuestra vida a la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

Si el Espíritu Santo desecha los odres viejos y las viejas y raídas vestiduras del sacerdocio…

¿Por que nosotros queremos mantenerlas?

¿Deseas el vino nuevo de Dios?

Dios solo lo derrama en odres nuevos.

Llamad al maestresala, por que debe servir ahora el mejor vino.

Prepárate que ahora es el turno de Cristo.

Deléitate en Él.

Dios Te Bendiga.

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